
No fue un mal partido el disputado por el Inter en la matinal del domingo, si lo comparamos con el lamentable espectáculo que protagonizamos el fin de semana anterior.
Por una vez y ésta sí debe de servirnos de precedente, hicimos lo que debíamos, y aunque la cosa no se diera bien en cuanto al marcador final, hicimos un partido digno, adaptado a nuestras necesidades/condicionantes en el que en ningún momento estuvimos fuera y en el que tuvimos nuestras opciones de hacer algo positivo.
Cierto es que no fuimos superiores a los Neckar, pero también considero que ellos no fueron superiores a nosotros en ningún concepto, salvo en el marcador final y para desgracia de nosotros eso es lo que va contar al final.
Considero que fue un partido muy igualado, ya que dos equipos no estábamos dispuestos a arriesgar en exceso el balón y preferíamos esperar el fallo del rival, sin perder la colocación sobre el campo y esperar nuestra oportunidad. El problema es que al estar los dos planteando la misma propuesta, el partido resultaba bastante aburrido, aunque no carente de la intensidad por la necesidad de estar muy juntos y atentos para no perder el sitio.
La primera parte acabó con un empate a uno que realmente hacía justicia a lo visto sobre el campo. Además la forma de materialización de los goles dejaba muy las claras lo defensivo del partido ya que ambos fueron generados en jugadas a balón parado.
El de los Neckar, cronológicamente en primer lugar, a la salida de una falta tras un rebote afortunado. Y el del Inter, a los pocos minutos, tras un error a la salida de un córner en la que el portero rival deja un balón suelto que Jero inteligentemente consigue rematar de cabeza y alojarlo en el fondo de la red rival.
Creo que en el primer acto del partido, sólo cabría reseñar una ocasión más por equipo al sumo.
La segunda parte si tuvo algo más de historia, pero por desgracia, negativa para los intereses del Inter.
Nosotros intentábamos estar a lo nuestro, como diría Pep, sin volvernos locos y realmente lo estábamos haciendo, intentábamos no perder balones y esperar nuestra oportunidad de gol.
Fue entonces cuando llegó la concatenación de infortunios. Primero fue Toni cuando al blocar entre su brazos un balón (y esto ya es noticia...) Sintió un crujido en su maltrecha rodilla. Tras un minuto de desconcierto en el que no sabíamos si podría continuar, decidió hacerlo para no dejarnos diezmados.
El 2-1 para los Neckar llegó muy pronto con un Toni que comprendió tras esta jugada que no podía lamentablemente continuar por el dolor y el temor a lastimarse aún más de lo que ya estaba. Raúl asumió el papel de portero, que por cierto, cada vez le va gustando más porque tiene que correr menos... Y lejos de desanimarnos, nos hizo comprender que debíamos estar muy juntos y concentrados porque el rival se iba a echar descaradamente atrás para matarnos a la contra.
Poco después, se dio el segundo de los handicaps. José Juan en un balón en largo que dejó correr y además corrió él tras éste... justo antes de llegar a él y pasarla a un servidor que entraba solo y nada más tendría que empujarla para que subiera el empate al marcador, cayó como fardo, a plomo, como si alguien desde la grada le hubiese disparado un certero tiro...
Segunda lesión en tan sólo tres minutos, su gemelo de la pierna derecha dijo basta y tuvo que retirarse del partido, ya que no podía apoyar ni tan siquiera el pie en el suelo por la contractura y el dolor que ésta le infringía.
Esto provocó de nuevo una reestructuración, salió de nuevo Toni al campo, que lo intentó de nuevo en la portería, pero era imposible...
Teníamos dos lesionados, sin cambios, con Toni en el banquillo sin camiseta, sus pantalones estrechos y botines dorados de los chinos, todo un espectáculo... Entonces Casti se ofreció/lo obligamos a ocupar la portería ya que era o jugar con Toni lesionado, o con uno menos y con un jugador de campo de portero... Y entonces otro espectáculo en la banda, junto a Toni teníamos a Casti en calzoncillos y calcetines grises al que vestíamos de retales: la camiseta de Toni, unas calzonas que sacó Raúl de su mochila y los botines de José Juan... Y así, ya teníamos al muñeco de recortable vestido y listo para cubrir la puerta.
A pesar de todas estas vicisitudes, el grupo se encontraba fuerte y sabiendo que a un sólo gol de distancia podíamos conseguir algo positivo, con el ánimo desde de la banda de los lesionados impotentes por no poder sumar desde dentro del campo, pero ilusionados con actitud del equipo.
Y la tuvimos, nuestra primera opción llegó pero el tiro de Jero tras irse en velocidad se fue al palo, y una segunda de Jero también, que disparó defectuosamente tras un buen pase de Manolo, una lástima de veras porque con lo que nos estaba pasando si logramos el empate, seguro que el final del partido hubiera sido otro.
En la jugada posterior llegó el 3-1, después de dos paradas de Casti consecutivas a bocajarro, tras el segundo rebote llegó el tercer tiro consecutivo y con Casti ya en el suelo sin opciones consiguieron perforar nuestra portería... Castigo excesivo, ya que el 3-1 no hacía justicia y en cierto modo el estar a dos goles nos sacaba del partido.
Pero dos minutos más tarde conseguimos el 3-2, obra de Raúl que nos volvió a meter en el partido.
Era momento de arriesgar y lo hicimos, quedaban 3 minutos, y la presión debía de ser al hombre y en todo el campo. Agobiábamos al rival que empezó a lanzar balones en largo que nos regalaban, y propiciaban que buscásemos nuestra opción, cuando en una jugada individual con el Inter muy abierto por las circunstancias, marcaron el cuarto que finiquitaba el partido y poco segundos después se pitaba el final del partido.
La derrota no es agradable en ninguno de los casos, pero por lo menos nos fuimos con la sensación de que hicimos un buen partido jugado de la manera que debemos de hacerlo, que nos asegura que si caemos lo hacemos con honor, estando dentro del partido hasta el final, y en algún otro partido en el que las lesiones no se ceben con nosotros tendremos nuestras opciones que no dudaremos en aprovechar.
Este debe de ser el camino. Debemos de asumir un estilo acorde a nosotros y llevarlo a muerte con independencia del rival que tengamos delante. Los resultados llegarán o no, pero por lo menos disfrutamos jugando y haciendo las cosas como creemos que debemos hacerlas.
Además debemos de recordar que los terceros tiempos de los partidos de este equipo no tienen parangón con los de ningún otro...
Ánimo Inter!
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