MERECIDA DERROTA

JORNADA 14

Ni el estreno de las nuevas equipaciones, ni el de nuevas botas por alguno de sus integrantes, ni las ganas de comenzar el año con buen pie, ni lo importante del partido de hoy para aspirar a algo más que no quedar en el vagón de cola de la clasificación... Nada, absolutamente nada de esto, ha dado a los integrantes del Inter un mínimo plus de motivación para afrontar el partido.

Realmente somos un equipo en el que calidad no es una de nuestras virtudes y todos lo sabemos, y nuestro juego debe de basarse en otras facetas que últimamente parece que estamos olvidando, tales como la entrega, la intensidad, la pelea...

Tenemos que esperar atrás al rival, pero no dejándolo respirar, encimándolo, molestándolo, agobiándolo, no dejándolo pensar... Y una vez recuperado el balón ser lo más vertical posible y no perdernos en toques inútiles, intentando poner el balón cuadrado de tanto tocarlo y queriendo meternos, siempre con el balón dentro de la portería. Es preferible pegarle un pelotazo al portero y podernos beneficiar del posible rebote que intentar pisarla cuatro veces antes de tirar y disparar blando, intentando colocar la bola en el sitio imposible dándole al portero la posibilidad de que se haga internacional.

Otra cosa a mencionar es el tema de los cambios, cuando se sale al campo, no se puede contemporizar, no se puede trotar , hay que darlo todo cuando se esté dentro, hay compañeros en la banda. En el día de hoy sólo se ha pedido el cambio en dos ocasiones desde dentro del campo... Porque en vez de jugar al trote para aguantar en el campo 10-12 minutos, no nos entregamos más y jugamos dos tiempos de 5-6 minutos y pedimos el cambio. Vamos a jugar el mismo tiempo, nos vamos a sentir mejor y seguro que vamos a obtener mejores resultados.

Llevar a cabo esto que comento, sé que es labor de la capitanía, pero os aseguro que sin la colaboración de TODOS es imposible.
Creo que todos deberíamos de reflexionar sobre esto y hacer propósito de enmienda, pero de una manera constructiva.

Respecto al partido propiamente dicho, comentar que:

Durante los primeros 17 minutos fue el que predije en la previa, los dos equipos atrás muy bien arropados, sin querer complicaciones y contundentes con los ataques contrarios.

Pero entonces llegó la jugada del gol, propiciada por una inexistente falta en las cercanías el área. Sólo vista por el arbitro que en día de hoy no ha tenido desde luego su día. Fue un corte claro de Manolo donde arrebata el balón limpiamente y cede saque de banda. Cuando hacemos ver al árbitro que el balón ha cambiado de dirección después del corte, él termina argumentando que la falta es por agarrón, explicación todavía más inverosímil porque Manolo llevaba los brazos pegados al cuerpo porque llegaba en carrera desde atrás. Desde luego últimamente no tenemos demasiada suerte con los arbitrajes.

El saque de falta fue hacia atrás para el remate de su jugador número 7 que estaba solo, que fue interceptado por mi, pero con una fortuna infinita volvió a caerle el balón en los pies en el rebote, volvió a disparar ya sin oposición y consiguió marcar. Este número 7 era su último jugador y si el rebote hubiera ido a cualquier otro sitio, nos hubiera proporcionado una contra muy interesante... En definitiva, el gol fue en una jugada desafortunada que jamás debió de existir.

Pero la suerte para el equipo del Amistad no iba a quedar ahí, poco después en un nuevo rebote tras una salida de Toni para abortar un ataque, el balón queda de nuevo a los pies de un jugador del Amistad que de vaselina consigue el segundo gol...Vaselina increíble hasta para el mismo jugador, porque antes de entrar el balón que venía bastante bombeado, golpeó la escuadra con el único ángulo posible para que el esférico no saliera escupido hacía afuera. Gran gol...Pero que lo recuerde, porque en su vida le saldrá otro igual.

Tras estas dos desafortunadas jugadas, el Inter se vino abajo y caímos en todo lo que no debemos de hacer, explicado ya ampliamente en el encabezamiento de esta crónica. Y caímos en lo que es peor: en tratar de justificar cada uno nuestro mal juego individual y criticar el fallo del compañero. Aunque esto no se hace con mala fe, porque en el equipo y entre los integrantes no la hay, también debemos de tratar de corregirlo, porque no nos ayuda para nada y es una manera de salirnos de los partidos.

Así, sin una buena actitud, transcurrió el resto del partido, cada uno tratando de hacer la guerra por su cuenta, dándonos pases sin sentido, o difíciles para los compañeros, colgando balones absurdos contra un equipo que nos supera por arriba porque sencillamente nos supera en talla media...

En la segunda mitad, nos marcaron dos goles más, en contra claras en superioridad, mal defendidas en ambos casos por el abandono de las marcas (por apatía, falta de fuerzas) dejándole a los contrarios los goles en bandeja y a Toni impotente ante estas acometidas del rival.

Sólo al final del partido, pudimos maquillar el resultado con un gol de Marcos a 3 minutos de la finalización del choque.

Creo que tan bien es justo mencionar el buen partido realizado por el portero rival, que tuvo al menos 4 intervenciones increíbles, que aunque fueron en jugadas aisladas del Inter, sin duda hubieran significado a nivel moral quizás un cambio necesario en la dinámica del partido.

Quiero también hacer referencia al partido "jugado" por su número 3. La verdad es que resulta increíble que un jugador que se lleva protestando todo el partido al arbitro, que es amonestado con amarilla por dicho motivo, termine el partido sin ser expulsado, porque tras ser sancionado continuó haciendo lo mismo.

Además de esto, durante el todo el partido estaba tirándose, pidiendo faltas inexistentes, incluso provocando a algún integrante del Inter. Juego sucio, que en definitiva puede estropear un partido, convertirlo en una batalla campal sin sentido... Gracias a Dios en esta ocasión no se entró en las provocaciones, pero es triste que tengas que encarar un partido contra alguien que se comporta así.

Al resto del equipo del Amistad felicitarlos por su buen partido.

Y a todos los rasurianos: ánimo, que esto entre todos podemos levantarlo.