Esta vez no pudo ser, pero estuvimos a punto de repetir la gesta de la semana pasada.
El partido fue muy parecido al de la semana anterior:
Nuevamente nos presentábamos a jugar sin cambios y sin saber si íbamos a poder disputar el encuentro hasta última hora porque no terminábamos de completar la convocatoria, y con un handicap añadido que era la sanción de Toni, lo que nos impedía tener un portero específico por la falta también de Casti.
Por lo que primero debemos de agradacer a Juan su disposición para colocarse bajo palos en beneficio del Inter.
El equipo contrario se presentaba con tres opciones de cambio en el banquillo.
La gran diferencia con respecto al partido de la semana era la calidad del rival. La Unión Nazarena es un buen equipo, no en vano marcha cuarto de nuestra liga, aún con opciones de ascenso.
El parecido con el partido de la semana anterior fue tal que incluso fue casi calcado en el transcurso de los tres cuartas parte del mismo.
Comenzamos de la misma desastrosa manera, incluso peor porque en el primer cuarto de hora perdíamos 4-0, y estábamos desbordados por los balones que estaban jugando a nuestras espaldas que no sabíamos defender. Y no teníamos suerte en nuestras ocasiones cara a puerta.
Nosotros de todos modos no nos descomponíamos, conscientes de que si nos volvíamos locos nos haríamos el harakiri y la goleada era cuestión de tiempo.
Dejamos madurar el partido y tratamos de parar esa caída en barrena... Y lo conseguimos, y antes del descanso comenzamos a tener cada vez más oportunidades y llegamos al receso con un esperanzador 5-3 y con la sensación de que poco a poco no estábamos subiendo a las barbas del rival, ya que estábamos generando las mismas ocasiones que ello.
El segundo acto comenzó con la conjura colectiva del Inter de concentración extrema en la salida para evitar nuestras famosas pájaras post-descanso...Pero La Unión sólo tardó 20 segundos en poner el 6-3 en el marcador.
Ellos comenzaron a verse claros vencedores del choque, conscientes de que el golpe moral había sido importante... Y nosotros a lo nuestro, seriedad, ánimo al compañero y sacrificio colectivo.
Empezaron a llegar las ocasiones, las jugadas colectivas y comenzábamos a embotellar al rival que se estaba viendo desbordado y comenzaba a hacer cambios para intentar dar con el equipo que pudiera pararnos sin éxito.
Fueron uno, dos, tres goles, en poco espacio de tiempo y el partido quedó igualado a seis. El rival estaba nervioso, protestaba todas las jugadas, pedía faltas, solicitaba tarjetas y se empleaban con un poco de más dureza conscientes de la importancia de los puntos y de que un equipo veterano, sin refuerzos y con portero circunstancial les estaba remontando y dominando la contienda.
Quedaban 10 minutos y lo teníamos en la mano. Y lo más importante nos lo merecíamos.
Pero desgraciadamente en un error defensivo llegó el 7-6 para el rival que fue un balón de oxígeno para la Unión, que aprovechando esa dinámica consiguió en una jugada aislada el 8-6 tras dos claras oportunidades del Inter para poner de nuevo las tablas en el marcador.
No era justo, su portero se erigía en protagonista. Pero el Inter seguiría intentándolo hasta que a dos minutos del final pusimos el 8-7 en el marcador. La remontada era posible, el cabreo del rival era evidente con ellos mismos...Era el momento de intentarlo.
Tuvimos la opción del 8-8 y la salvó un inspirado portero rival. No quedaba tiempo e intentamos una presión en toda la cancha para tratar de tener una última opción para la igualada, pero no salió bien, dejamos desguarnecida nuestra retaguardia y el rival consiguió el 9-7 que no hacía justicia a los méritos de ambos contendientes.
Morimos con las botas puestas, lo intentamos y esta vez salió cruz, pero los que jugamos este partido coincidimos en estar orgullosos del encuentro realizado, de la lucha, entrega y del juego.
El partido fue muy parecido al de la semana anterior:
Nuevamente nos presentábamos a jugar sin cambios y sin saber si íbamos a poder disputar el encuentro hasta última hora porque no terminábamos de completar la convocatoria, y con un handicap añadido que era la sanción de Toni, lo que nos impedía tener un portero específico por la falta también de Casti.
Por lo que primero debemos de agradacer a Juan su disposición para colocarse bajo palos en beneficio del Inter.
El equipo contrario se presentaba con tres opciones de cambio en el banquillo.
La gran diferencia con respecto al partido de la semana era la calidad del rival. La Unión Nazarena es un buen equipo, no en vano marcha cuarto de nuestra liga, aún con opciones de ascenso.
El parecido con el partido de la semana anterior fue tal que incluso fue casi calcado en el transcurso de los tres cuartas parte del mismo.
Comenzamos de la misma desastrosa manera, incluso peor porque en el primer cuarto de hora perdíamos 4-0, y estábamos desbordados por los balones que estaban jugando a nuestras espaldas que no sabíamos defender. Y no teníamos suerte en nuestras ocasiones cara a puerta.
Nosotros de todos modos no nos descomponíamos, conscientes de que si nos volvíamos locos nos haríamos el harakiri y la goleada era cuestión de tiempo.
Dejamos madurar el partido y tratamos de parar esa caída en barrena... Y lo conseguimos, y antes del descanso comenzamos a tener cada vez más oportunidades y llegamos al receso con un esperanzador 5-3 y con la sensación de que poco a poco no estábamos subiendo a las barbas del rival, ya que estábamos generando las mismas ocasiones que ello.
El segundo acto comenzó con la conjura colectiva del Inter de concentración extrema en la salida para evitar nuestras famosas pájaras post-descanso...Pero La Unión sólo tardó 20 segundos en poner el 6-3 en el marcador.
Ellos comenzaron a verse claros vencedores del choque, conscientes de que el golpe moral había sido importante... Y nosotros a lo nuestro, seriedad, ánimo al compañero y sacrificio colectivo.
Empezaron a llegar las ocasiones, las jugadas colectivas y comenzábamos a embotellar al rival que se estaba viendo desbordado y comenzaba a hacer cambios para intentar dar con el equipo que pudiera pararnos sin éxito.
Fueron uno, dos, tres goles, en poco espacio de tiempo y el partido quedó igualado a seis. El rival estaba nervioso, protestaba todas las jugadas, pedía faltas, solicitaba tarjetas y se empleaban con un poco de más dureza conscientes de la importancia de los puntos y de que un equipo veterano, sin refuerzos y con portero circunstancial les estaba remontando y dominando la contienda.
Quedaban 10 minutos y lo teníamos en la mano. Y lo más importante nos lo merecíamos.
Pero desgraciadamente en un error defensivo llegó el 7-6 para el rival que fue un balón de oxígeno para la Unión, que aprovechando esa dinámica consiguió en una jugada aislada el 8-6 tras dos claras oportunidades del Inter para poner de nuevo las tablas en el marcador.
No era justo, su portero se erigía en protagonista. Pero el Inter seguiría intentándolo hasta que a dos minutos del final pusimos el 8-7 en el marcador. La remontada era posible, el cabreo del rival era evidente con ellos mismos...Era el momento de intentarlo.
Tuvimos la opción del 8-8 y la salvó un inspirado portero rival. No quedaba tiempo e intentamos una presión en toda la cancha para tratar de tener una última opción para la igualada, pero no salió bien, dejamos desguarnecida nuestra retaguardia y el rival consiguió el 9-7 que no hacía justicia a los méritos de ambos contendientes.
Morimos con las botas puestas, lo intentamos y esta vez salió cruz, pero los que jugamos este partido coincidimos en estar orgullosos del encuentro realizado, de la lucha, entrega y del juego.
De nuevo un 10 para el equipo:
Marcos impresionante, con seis goles. Jero, espectacular con su despliegue físico y de calidad al servicio del grupo. Ignacio muy serio y siempre bien colocado aportando un gol para el equipo. Juan...Chapó, sencillamente gracias por el detalle y el coraje bajo palos, jugando de libre a ratos. Y yo a lo mio... De cierre, aportando lucha entrega y apoyo para el equipo desde la linea más retrasada del Inter.
Cierto es lo que comentaba con Marcos tras el partido, hemos sufrido durante la semana viendo todos los problemas que han surgido durante ésta para conseguir confeccionar una convocatoria mínima, dudando incluso de que hubiera recursos suficientes para la disputa del partido, pero no es menos cierto que hemos disfrutado muchísimo jugando estos dos encuentros y siendo consciente de que esta es la imagen de equipo que quiero para mi Inter, siempre dando la cara y con opciones de ganar los partidos hasta que el árbitro pita el final, no regalando un solo minuto y sobretodo con un buen rollo impresionante antes, durante y tras los partidos.
Ánimo Inter!